Lo sé. Debería ser una alegría andante. Estoy creando vida. Soy lo más cercano que hay a una diosa. Soy una diosa. No, soy una Diosa.
También tengo tanto calor. Estoy tan caliente que mi Aire acondicionado está a 20C. Si no estuviera tan embarazada estaría subiéndolo, diciendo que hace demasiado calor. Así de canicular ando.
Estoy tan sofocante que tomo agua de coco y kambucha y agua normal y siento que no estoy tomando nada porque estoy hinchada e incómoda y mis ojitos cada vez son más pequeños por ambas cosas (y por el hecho de que tengo ganas de llorar mucho). Los únicos efectos reales que todo este líquido tiene sobre mí es que estoy corriendo al baño mucho más seguido (como si mi vejiga no fuera ya la versión más triste de una tortilla).
Estoy asándome de tal manera que me despierto en la noche pensando que cociné a mi marido.
Estoy tan, tan, tan incómoda en mi temperatura actual que cuando salgo de cualquier zona con aire acondicionado mi útero siente que es el mejor momento de practicar contracciones de Braxton Hicks. En serio.
Así que es la combinación de cosas realmente pequeñas que hacen que mi vida no sea toda la alegría y felicidad que podría ser. Estoy hinchada y calurosa, mis pies están inflamados (y con plantar fascitis), mi ciática es mi compañera constante y me dan contracciones cada vez que salgo de casa: una caminata de diez minutes me toma casi media hora. Lo cual provoca que mi cuerpo se tropicalice y se incomode todavía más.
Suspiro.
Pero eso sí, estoy creando una vida dentro de mí. Así que alegría para la diosa que quiere vivir en la regadera.
Alegría por la hormona que hará que me olvide de todo esto en unos meses cuando el bebé dragón ya viva fuera de mi cuerpo.
Soy una Diosa, una diosa muy sudorosa, pero una diosa. Y el movimiento que tengo en mi panza no es gas decadente sino un pequeño ser humano.
Así que cánicula ¡tómala!
(y escucho a Mungo Jerry… In the summertime…)