Es fascinante el hecho de que la persona que deberías amar, admirar y desear más que a nadie, a ti mismo, es, generalmente, a la que amas, admiras y deseas menos.
Hace años, en mi eterna soltería me castigaba porque sentía y pensaba que si sólo fuera más flaca, más guapa, si sólo (lo que fuera) entonces alguien me amaría. Suspiro. Tomó mucho tiempo y el verme en el espejo de las experiencias, el espejo de las imágenes y el espejo de la auto-reflexión para entender que mi cuerpo es perfecto, amoroso y sexy. No necesitaba ser alguien más o algo más. Era yo.
Nos adelantamos unos años y he hecho algo increíble: ¡hice vida! ¿No es maravilloso? Y sin embargo… hay partes de mí que no son tan amorosas. Las partes de mí que veo en el espejo y que ven curvas mayores, más lonjitas. ¿Por qué siento que mi cuerpo debería reflejar una imagen del tipo de amor que debería recibir? ¿Por qué esperamos que nuestros cuerpos se vean y se sienten de cierta manera para que sean capaces de ser amados?
A veces (muy seguido) aunque tengo mucho amor y cariño a mi alrededor (una pareja increíble y dos pequeños dragones tiranos), me necesito. Necesito verme a mí misma con los mismos ojos que me solía ver cuando era más atlética y delgada, cuando podía ponerme ombligueras, vestidos pegaditos, faldas embarradas. Necesito volver a encontrar mi sexy.
Y aquí esn donde entran dos negocios locales. Había visto la página de lencería Mayana varias veces. Lo veía y me decía, tal vez después. La verdad es que quería esos brasieres. Muchísimo. tengo una caja de lencería en el sótano que no sé si podré volver a usar algún día. He estado amamantando o embarazada o ambos por los últimos dos años y medio. Los brasieres de embarazo y de amamanto son bastante horribles. Sirven para dos cosas: soporte y acceso. Eso es todo. En ningún lado dice que deben ser bonitos y que te deben hacer sentir algo más que ser una máquina que da de comer… suspiro.
La maravillosa fundadora de la compañía Mayana Geneviere pensó otra cosa. Una mujer que lo da todo, incluso su cuerpo, a un pequeño ser humano, debe tomar algo para sí misma. Finalmente me aventé y compré un brassiere. WOW. Sentir el encaje, ver el encaje, tan sexy. Abrí la caja y desearía poder abrirla cincuenta veces más. Fue maravilloso. Me lo puse, con miedo a que no me quedara. Pero sí. Y puedo darle de comer a mi bebé con el. Y me puedo sentir más como la mujer que perdí en algún punto entre fermentar humanos y cuidarlos.
¿No es increíble lo que una prenda puede hacer por ti? Solía decir que hay que usar lencería debajo de los pants. La usas para ti, no para nadie más Sentirte sexy para ti. Sedúcete a ti. Ahora lo puedo volver a hacer y es maravilloso.
Isn’t it amazing what one piece of clothes can do for you? I used to say wear lingerie underneath the sweatpants. You are using it for you, not for anyone else. Feel sexy for yourself. Seduce yourself. Now I can do it again. It’s wonderful.
Y esta es la segunda aventura:
Hace unas semanas hice algo de miedo, valiente y divertido. Con mi nuevo cuerpo post-parto modelé. En serio. Fue dos meses y medio después de haber fermentado a mi ser humano miniatura y después de haberlo empujado fuera de mi glorioso, redondo y suave cuerpo. Sí, yo, Kelly, modelé.
Me vestí con ropa que no era muy amplia, o suelta, ropa que no estaba diseñada para esconder sino para enseñar mi cuerpo no tan musculoso, ni fuerte, mi cuerpo más curvo y con lonjitas.
Sentía miedo. Fue de locos. Especialmente, y aunque ya lo hice una vez (con mi primera dragona) esperaba que mi cuerpo fuera perfecto inmediatamente después de haber empujado fuera a un pequeño ser humano. Me metí en esto porque tenía que entender que mi cuerpo ES PERFECTO. Hizo vida. Sostiene vida. Sí, ha cambiado, sí, es más amplio y más suave y suelto de lo que era hace unos años… pero es más perfecto de lo que jamás fue.
Ahora ve y admira ¡las fotografías!
Y ya que estamos en esto ¿qué fue la última cosa valiente que hiciste? ¿Cómo le hiciste? ¿Qué aprendiste?